Hacer espacio para las niñas significa repensar qué grupos de edad necesitan columpiarse y trepar, cómo fomentar la actividad física (y no solo practicar un deporte) y cómo crear un lugar seguro y protegido para conversar al aire libre, según las encuestas.
¿Qué quieren las adolescentes? Muchos dicen que quieren lugares de reunión con mesas redondas acogedoras y arte o juegos que fomenten la interacción, no la competencia. Quieren gimnasios, pistas de patinaje y parques de patinaje donde puedan intentar y fallar sin juicios. Quieren escuchar música al aire libre sin tener que pagar entrada al festival.
Tampoco hay suficientes espacios para niñas adolescentes. ¿Dónde no se ve a los adolescentes como invasores? Son demasiado grandes, demasiado ruidosos, demasiado grandes para parques infantiles, al menos a los ojos de los padres; y demasiado jóvenes, demasiado ruidosos para restaurantes, bares y tiendas. El problema se magnifica para las adolescentes que, según muestran las encuestas, tienen menos probabilidades de usar las canchas de baloncesto y los parques de patinaje destinados a adolescentes, y corren el riesgo de acoso, o peor, cuando aparecen en espacios para adultos.
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