Un parque para todos

La gran aventura de ir al parque de la colonia.

Cuando era niño, llegaba de la escuela y después de comer y hacer la tarea llegaba el gran momento de ir al parque de la colonia. En este parque que no era tan grande, nos reuníamos con los “cuates” y las aventuras nunca se terminaban; podíamos correr, subirnos a los columpios, al sube y baja, escondernos, alimentar a las palomas, jugar futbol y después de todo nos sentábamos en las bancas todos juntos y podíamos platicar tomándonos un refresco.

Era un lugar seguro de encuentro, de convivencia, de aprendizaje y en donde nuestras mamás nos buscaban cuando la cena estaba lista y nos despedíamos todos con la tranquilidad de que al otro día nos volveríamos a encontrar.

El parque no era para todos.

Recuerdo que, en varias ocasiones en el parque, un niño en silla de ruedas y con dificultad para mover y controlar su cuerpo nos veía y se reía de lo que hacíamos, se llamaba Samuel y siempre estaba acompañado de su abuelita que hacía grandes esfuerzos para poder llegar al parque con el niño en su silla de ruedas.

Una vez nos acercamos y le pedimos su autorización para llevar a Samuel a dar una vuelta alrededor del parque, al principio era divertido ir empujando su silla, pero como los andadores estaban llenos de grietas y piedras sueltas, no podíamos ir a la velocidad que queríamos y al atorarse una de las ruedas casi caemos todos sobre Samuel, fue un gran susto el que nos llevamos.

Quisimos llevarlo a los juegos, pero tampoco funcionó porque no se podía sostener por sí solo de las cadenas del columpio, ni tampoco pudimos subirlo por las escaleras del resbaladero, total, nos rendimos y llevamos a Samuel con su abuelita y seguimos jugando sin él.

Fotografía 2. Lugar no accesible para personas con discapacidad

La Discapacidad no es solo de la persona.

La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad tiene como propósito promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente.

La Convención define a las personas con discapacidad como aquellas que tienen deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.

Tomando en cuenta esta definición y con base a la experiencia de 33 años trabajando con personas con discapacidad, podemos decir que, en la medida en que el entorno esté preparado y adecuado para todos, el nivel de autonomía, interacción e inclusión sería mayor, y el nivel de discapacidad sería menos notorio.

Pongamos un ejemplo, una niña con parálisis cerebral en donde solo tiene el control de una de sus manos, si estuviera en una silla de ruedas normal dependería de que alguien la trasladara a todos lados, pero si la misma niña usara una silla de ruedas eléctrica con un mono mando, podría aprovechar su capacidad de mover su mano e ir a donde ella quisiera de forma autónoma.

Ahora traslademos el mismo ejemplo de la niña con parálisis cerebral en el parque, si ella está usando una silla eléctrica, pero el parque no tiene las condiciones para que ella pueda recorrer por los andadores, o está lleno de escaleras, esto limita su autonomía y por ende su inclusión.

Entonces aquí la pregunta sería, ¿la discapacidad es sólo de la persona o la promueve el entorno?

Recordemos que la discapacidad se expresa en la relación con el entorno, depende tanto de la propia persona como de las barreras u obstáculos que tiene alrededor. Si logramos un entorno más fácil y accesible, las personas con discapacidad tendrán menos dificultades, y por ello, su discapacidad parecerá menor

Accesibilidad y diseño universal

Hablar de accesibilidad es referirse a un conjunto de características que debe tener un entorno urbano o edificación para que sea utilizado en condiciones de comodidad, seguridad, igualdad y autonomía para todas las personas sin importar su condición.

La mejor accesibilidad es aquella que pasa desapercibida; es decir que no es exclusiva para un tipo de personas; busca un diseño equivalente para todos, cómodo, estético y seguro.

Y cuando hablamos de “Diseño Universal”, se refiere al diseño de productos y entornos aptos para el uso del mayor número de personas sin necesidad de adaptaciones ni de un diseño especializado.

Es decir, que no es necesario adaptar todo para las personas con discapacidad; más bien es pensar que ese lugar pueda ser aprovechado al máximo para que todas las personas puedan realizar sus actividades de manera más autónoma y participativa.

Fotografía 3. Guías en el piso para personas ciegas o con debilidad visual.

Fotografía 3. Guías en el piso para personas ciegas o con debilidad visual.

“La accesibilidad es una necesidad para las personas con discapacidad, y una ventaja para todos los ciudadanos”. Enrique Rovira-Beleta C., Arquitecto.

Principios del Diseño Universal.

El Centro para el Diseño Universal de la Universidad de Carolina del Norte define siete principios básicos para el desarrollo de productos y entornos bajo este concepto:

  1. Igualdad de uso: El diseño debe ser fácil de usar y adecuado para todas las personas, independientemente de sus capacidades y habilidades.
  2. Flexibilidad: El diseño se acomoda a una amplia gama y variedad de capacidades individuales.
  3. Uso simple y funcional: El diseño debe ser fácil de entender independiente de la experiencia, conocimientos, habilidades o nivel de concentración del usuario.
  4. Información comprensible: El diseño debe ser capaz de intercambiar información con el usuario, independiente de las condiciones ambientales o las capacidades sensoriales del mismo. Utiliza distintas formas de información (gráfica, verbal, táctil).
  5. Tolerancia al error: El diseño reduce al mínimo los riesgos, peligros y consecuencias adversas de acciones accidentales o involuntarias.
  6. Bajo esfuerzo físico: El diseño debe poder ser usado eficazmente y con el mínimo esfuerzo posible.
  7. Dimensiones apropiadas: Los tamaños y espacios deben ser apropiados para el alcance, manipulación y uso por parte del usuario, independientemente de su tamaño, posición o movilidad.

Tomando en cuenta estos principios de diseño universal podremos asegurar que el espacio brinda seguridad, accesibilidad, comodidad y autonomía tanto para una persona con cualquier tipo de discapacidad, motriz, visual, auditiva, intelectual o psicosocial; así como para una persona de la tercera edad que camina por el parque, un niño que va en patines o en bicicleta, una madre que lleva a su bebé en una carriola o cualquier persona que va a hacer ejercicio.

Lo exclusivo no es inclusivo

Un error común que se comete cuando se pretende tener espacios accesibles para personas con discapacidad en los parques, es el hecho de hacerlos de uso exclusivo para estas personas, por lo regular están en lugares separados de las áreas comunes. Este tipo de decisiones no propician la inclusión.

Lo ideal es que todos los espacios sean para todos, que permitan la convivencia entre las personas, propicien la comunicación y promuevan la inclusión.

Foto 4. Niño con discapacidad en un columpio adaptado al lado de un columpio convencional.

Foto 4. Niño con discapacidad en un columpio adaptado al lado de un columpio convencional.

¿Existen los Parques Inclusivos?

La respuesta es sí, los tiempos han cambiado mucho desde aquella experiencia con Samuel, muchos países en los diferentes continentes han avanzado y son ejemplo en el diseño de espacios para todos. En México cada vez más Estados están adoptando el Diseño Universal no solo en parques públicos; también en espacios recreativos, académicos y laborales.

El proceso de ser inclusivos con todas las personas aún sigue siendo un reto, porque depende de los lugares, pero principalmente de las actitudes de las personas y de la cultura de aceptación de las diferencias como algo “normal” y bueno; sin embargo, el que empecemos a generar cada vez más espacios para todos, en donde la convivencia se dé de forma natural y con las mismas posibilidades, es sin duda uno de los primeros pasos para en un futuro lograr una sociedad más inclusiva.

Volvamos en el tiempo al parque con Samuel, ¿qué hubiera pasado si el diseño universal estuviera implementado en el parque? si los andadores hubieran estado lisos y planos, sin grietas y piedras sueltas. Si hubiera un columpio con asiento, respaldo y cinturón, o bien un sube y baja en donde él se pudiera subir con su silla de ruedas y algunos de nosotros haciendo contrapeso del otro lado. Muy seguramente las cosas para Samuel y para nosotros hubieran sido muy distintas, Samuel hubiera seguido yendo al parque a convivir, divertirse y a aprender de nosotros. Y nosotros sin duda hubiéramos visto la condición de Samuel como algo natural y hubiéramos disfrutado mucho de su compañía en un parque para todos.

Fotografía 5. Niño con discapacidad jugando futbol en un espacio accesible.

Foto 6. Niña en columpio adaptado para sillas de ruedas que puede ser usado por más personas a la vez.

Foto 7. Niño con discapacidad en resbaladero grande que permite que sea acompañado de otra persona.

Por: Juan Carlos Treviño González 

Instituto Nuevo Amanecer A.B.P.

Apoyos bibliográficos:  

Manual de Accesibilidad Universal.

Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Fotografías Instituto Nuevo Amanecer A.B.P.

 

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