Construyendo ciudades más fuertes
Por: Porfirio Aldair Ramos Martínez y Frida Itzel Téllez Román
Fundación Recreando Ciudades
En los últimos años, las ciudades de todo el mundo han sido testigos de un movimiento creciente conocido como urbanismo táctico. Este enfoque, arraigado en la participación ciudadana y el diseño participativo, empodera a las comunidades para transformar los espacios públicos en entornos vibrantes, funcionales y centrados en las personas. El urbanismo táctico ha cobrado impulso como respuesta a la necesidad de estrategias más flexibles, innovadoras y rentables para la revitalización urbana. Este artículo explora el concepto de urbanismo táctico, su impacto en las ciudades y comunidades, y lo realizado por parte de la Fundación Recreando Ciudades.
Definiendo urbanismo táctico:
“El urbanismo táctico es un proceso colaborativo para recuperar el espacio público y maximizar su valor compartido. Se realiza a través de intervenciones ligeras, de bajo costo y rápida implementación para explorar alternativas de mejora de los espacios” (ONU,2021). A menudo estas intervenciones son realizadas por asociaciones sin fines de lucro como es el caso de la asociación “Recreando Ciudades”, todo esto de la mano de habitantes de la comunidad, artistas locales y algunas veces con el apoyo de asociaciones gubernamentales, esto con el principal objetivo de que los espacios públicos estén en óptimas condiciones para el uso de los ciudadanos.
Según López (2018, p.45), el urbanismo táctico se refiere a «un enfoque de planificación y diseño urbano que busca realizar intervenciones temporales y de bajo costo en el espacio público, con el objetivo de generar mejoras inmediatas y de corto plazo». Estas intervenciones, impulsadas principalmente por la comunidad, permiten repensar y rediseñar los espacios urbanos de manera rápida y flexible, convirtiéndolos en lugares más habitables y amigables para los ciudadanos.
Principios del urbanismo táctico:
Martínez (2020) destaca que el urbanismo táctico se rige por varios principios fundamentales. En primer lugar, se basa en la participación ciudadana, promoviendo la colaboración entre los habitantes de una comunidad y las autoridades locales en la toma de decisiones y en la implementación de proyectos urbanos. En segundo lugar, se caracteriza por su carácter experimental y adaptable, permitiendo probar nuevas ideas y ajustarlas según la retroalimentación de la comunidad. Además, el urbanismo táctico se enfoca en la transformación de pequeñas áreas, generando cambios a escala humana que tienen un impacto significativo en la calidad de vida de los ciudadanos.
Dicho esto, es fundamental el apoyo e interés de la comunidad por los espacios públicos que los rodean. En muchas ocasiones los residentes o vecinos de los lugares afectados prefieren no participar al tener la idea errónea de que para embellecer algún espacio se requiere de demasiado recurso económico, o que es total responsabilidad de las autoridades al ser estos espacios parte del mobiliario urbano, sin embargo, el urbanismo táctico es justamente eso, intervenciones a bajo costo con materiales accesibles o en pequeñas cantidades, para poder realizar grandes cambios en la ciudad con la participación de vecinos y voluntarios.
Urbanismo táctico en acción:
«Las iniciativas de urbanismo táctico abarcan una amplia gama de intervenciones que transforman espacios subutilizados en activos comunitarios vibrantes» (Smith, 2021, p.28). Algunos ejemplos comunes incluyen parques emergentes en espacios relativamente pequeños, ciclovías temporales, plazas peatonales, instalaciones de arte público como esculturas, pintura de murales y circuitos peatonales, y mercados o eventos callejeros. Estos proyectos generalmente están diseñados para implementarse, modificarse y eliminarse fácilmente si es necesario, lo que permite iteraciones rápidas y aprender de los comentarios de la comunidad.
El urbanismo táctico ha sido aplicado en numerosas ciudades de habla hispana, y sus resultados han sido sorprendentes. Un ejemplo destacado es el proyecto «Mejor en bici» en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Según Fernández (2019), este proyecto consistió en la creación de una red de carriles exclusivos para bicicletas en las principales avenidas de la ciudad. La implementación se realizó de manera temporal y a bajo costo, permitiendo evaluar su viabilidad y recibir retroalimentación de los usuarios antes de tomar decisiones definitivas.
En México, el urbanismo táctico ha demostrado ser una herramienta efectiva para revitalizar espacios urbanos degradados y promover la participación ciudadana. Un ejemplo destacado es el proyecto «Paseo de Todos» en la Ciudad de México. Según Torres (2018), este proyecto transformó temporalmente una avenida principal en un espacio peatonal y ciclista, brindando a los habitantes de la ciudad un lugar seguro y agradable para caminar y andar en bicicleta. Esta intervención táctica permitió evaluar los beneficios de una infraestructura más amigable para los peatones y ciclistas antes de realizar cambios a gran escala.
En Cuernavaca, se ha visto una iniciativa por parte del gobierno municipal actual de mejorar los parques y espacios públicos, así como la participación de la Fundación Recreando Ciudades para alentar y empoderar a los ciudadanos a involucrarse en la toma de decisiones para intervenir los espacios. Estas acciones se han visto reflejadas en instalación de jardines polinizadores en espacios abandonados, limpieza de espacios públicos y cuerpos de agua, pintura mural con artistas locales, pintura de bardas y jardineras, y eventos para activar estos espacios como el Parkearte (venta y expo de arte) y el Picnic Club (convivencia y actividades para niños). Esto ha generado un sentido de pertenencia y empoderamiento en la comunidad.
Las acciones “Recreando Ciudades”, forman parte de un movimiento de rescate de la ciudad, siendo un ejemplo cercano e inspirador de urbanismo táctico. Estas iniciativas destacan el potencial para reutilizar la infraestructura existente y la importancia de los espacios públicos accesibles, con la finalidad de que la comunidad al ver que son espacios atractivos visualmente haga uso de estos de manera recreativa.
Beneficios e impacto:
Según Chávez Vargas (2021) “Esta búsqueda alternativa por construir un entorno urbano más blando y humano, muestra una necesidad de modificar los procesos, los objetivos y los enfoques de la planificación, de los proyectos urbanos.” Beneficia a la comunidad a percibir el entorno en el que se vive mucho más ameno, de esta manera resulta más agradable pasar por los sitios que anteriormente se podían considerar hostiles o poco atractivos.
El urbanismo táctico aporta una serie de beneficios tanto a nivel social como urbano. Según Herrera (2021), este enfoque fomenta la participación ciudadana y el sentido de pertenencia, fortaleciendo el tejido social y promoviendo la cohesión comunitaria. Además, las intervenciones tácticas permiten probar soluciones innovadoras de manera rápida y a bajo costo, minimizando los riesgos asociados a proyectos a gran escala.
Por otro lado, el urbanismo táctico contribuye a la humanización de los espacios urbanos, generando lugares más atractivos y seguros para los ciudadanos. Según Rodríguez (2016), estas intervenciones temporales pueden mejorar la calidad del aire, fomentar la movilidad sostenible y promover la interacción social entre los habitantes de una comunidad.
El urbanismo táctico ofrece un enfoque innovador e inclusivo para la planificación y el diseño urbano. Al empoderar a las comunidades para transformar sus espacios urbanos, une a las personas, fomenta la creatividad e impulsa un cambio positivo. A través de sus principios de participación ciudadana, adaptabilidad y experimentación, el urbanismo táctico permite que las ciudades se vuelvan más receptivas, habitables y sostenibles. A medida que este movimiento continúa creciendo, tiene el potencial de dar forma al futuro de las ciudades y a las mentes de sus habitantes.