Las calles consideradas como parques lineales
Por Gabino Carballo
Esta es la segunda parte de un artículo que señala la problemática de la movilidad automobilística y la reducción de los espacios públicos y de recreación en Barcelona. Hace más de medio siglo que las ciudades europeas comenzaron a detectar los problemas que causa la movilidad centrada en el automóvil y el deterioro para la salud que supone no disponer de zonas verdes próximas a las personas.
El artículo nos comenta que hay estudios que han demostrado una asociación entre el dosel del bosque urbano y mejores microclimas, salud mental y física, y que posiblemente también estos elementos naturales reduzcan la contaminación del aire y el ruido. El autor menciona que al crear vecindarios más frondosos, alentamos a las personas a pasar más tiempo al aire libre e interactuar entre vecindarios. Al mismo tiempo, los estudios muestran que, en el caso español, este tipo de calles y vecindarios mejoran la viabilidad de los pequeños negocios por el mayor volumen de peatones.
Las soluciones basadas en la naturaleza son el reto contemporáneo, se busca mejorar la gestión de los espacios públicos y respetar la naturaleza mediante un modelo urbano que considere los espacios verdes como un elemento vital y necesario en la creación de la ciudad, un concepto que al parecer ha eludido al urbanismo barcelonés durante más de 170 años, y que ahora comienza a asimilarse tímidamente.