Por: Ana Barberena, Directora de Parque Arte.
Quizá por fiero, quizá por resistente, el cocodrilo genera todo tipo de pasiones. Cipactli es su nombre en náhuatl. Su corteza angulosa, sus fauces, sus acompasados movimientos.
Conocemos a este venerable animal más por el temor que genera que por lo que, desde tiempos inmemoriales, representa.
Las cualidades de este asombroso animal, así como la relevancia que tenía en el mundo prehispánico, puede reconocerse en los vestigios hallados en el Templo Mayor donde se han encontrado restos de diversos animales como son: jaguar, águila, ocelote, y desde luego, cocodrilo.
Los restos del cocodrilo, especialmente, tendrían que haber sido llevamos, durante el auge de la cultura mexica, desde las costas hasta la capital. En la sala de flora y fauna del museo de sitio puede reconocerse distintas muestras de pieles y dientes.
En el año de 2020 el ayuntamiento de Lázaro Cárdenas, Michoacán le extendió la invitación a Carmen Parra para crear una obra insignia que distinga el proyecto del Parque Ecoturístico “Amelia Solórzano”. Dicho parque tiene la particularidad de encontrase frente a la playa; cuenta con 27 hectáreas y distintas áreas de recreación como son una alberca con resbaladilla gigante, asaderos, tirolesa, canchas deportivas y malecón.
El destino es el Parque Ecoturístico “Amalia Solórzano”; un proyecto que se inaugura este año. Este será el espacio que alojará esta maravillosa pieza, la cual podría replicarse en otros puntos de la ciudad sirviendo como lugar de encuentro, descanso y recreación; a la vez que seña identitaria de una región rica en recursos naturales y culturales.
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Ana Barberena
Es una apasionada de las humanidades, la educación y la cultura. Hoy en día dirige la asociación Parque Arte, un proyecto dedicado a la curaduría, gestión y recreación del espacio público a través del arte.